¡Buenos días, mundo!. Mi reposo sigue su curso, pero por suerte, aderezado con algo más de movimiento y el aire fresco y los rayos de sol que entran por la ventana abierta. Aunque todavía sigo en arresto domiciliario, parece que poco a poco puedo ir moviéndome algo más. El enanito está bien, en mi barriga, como tiene que ser, creciendo y creciendo... y, gracias a eso, todo lo demás parece que está un poquito mejor.
Así que me he animado, estoy levantada frente al ordenador con planes: lo primero, voy a vestirme con algo distinto a mi bata de lunares; a dejar mi habitación un rato, a acercarme a la ventana para ver si la calle sigue en su sitio, y a intentar hacer algo para mi enana, que la pobre está sufriendo las consecuencias de mi exilio.
Tengo previsto hacerle un broche de fieltro nuevo, a ella le encantan. Tiene un par de peticiones, así que voy a ponerme a ello, a ver qué tal me sale.
Los anteriores le han gustado mucho...
Ha habido una flor, que fue un regalo para una amiga...

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